Vacaciones familiares en Bruselas

Desde el mes de enero llevaba planeando mis vacaciones por tierras belgas para el mes de agosto y se me ocurrió comentárselo a mis padres. Lo que en un principio iba a ser un viaje de tres (mi marido, nuestro hijo y yo), se convirtió en un viaje de 6 jajaja, porque se apuntó hasta mi hermano.

(Maleta modelo Smiley World, cortesía de Sportandem)

Llegamos al aeropuerto de Bruselas-Zaventem, que es enorme, y tuvimos que andar 10 min para llegar a la zona de los portaequipajes. Desde allí buscamos la salida hacia la terminal de autobuses que está a pie de calle. La linea que va al centro de Bruselas, a la Plaza de Luxemburgo, es la línea 12 (en fín de semana es la línea 20). Los billetes se compran en la misma parada de autobús o dentro del aeropuerto en unas máquinas que se llaman Ticket Go. El precio son 4,50€ el billete y tienes 60 minutos para coger los transportes que quieras, así que lo usamos para el autobús hasta la penúltima parada que coincidía con parada de metro "Schuman", allí cogimos el metro e hicimos trasbordo y de ahí al tranvía otras tantas paradas más hasta llegar al hotel. ¿Que si nos aclaramos con todo esto? jaja yo si, pero mi familia iba loca; te recomiendo previamente estudiarte el recorrido, las lineas, las paradas, y llevarlo todo apuntado para no perderte, porque es un poco lioso y hay muchas lineas de transporte urbano en esta ciudad.

No os he contado, que sólo podemos viajar en agosto, porque es cuando mi marido tiene vacaciones y por eso reservé el hotel con bastante antelación. Miré mucho, comparé precios y al final me decidí por reservar a través de Centraldereservas.com en el Hotel Izan Avenue Louise Boutique 4* al precio de 398€ tres personas, para 6 noches, en alojamiento y desayuno buffet, que para ser Bruselas y agosto, está fenomenal de precio.

Para mí un hotel si está aseado y la habitación tiene camas confortables y baño, es suficiente, no soy muy exigente, y por eso puedo ahorrarme "4 duros"cada vez que voy de hotel, ya que lo quiero únicamente para dormir y asearme, no para hacer vida en él. Mis padres por el contrario prefieren mejores hoteles, que lo tengan todo impoluto, con un servicio de "diez" y con las mismas comodidades que tienen en casa y es cuando llega el problema...porque nada les encaja, y es lo que nos pasó con este hotel, que yo no le pongo pegas a nada y ellos le ponen pegas a todo y les dieron una habitación con más pegas aún jaja.

Para empezar cuando llegamos no tenían constancia de que en mi reserva había un niño, le echaron las culpas a Centraldereservas.com y tardaron 1h en solucionarme el problema, ya que el hotel estaba de reformas, contaban sólo con veintipocas habitaciones y era muy complicado darme una triple en lugar de una doble, pero al final, con mosqueo del recepcionista incluido, conseguimos que nos pusieran un plegatín para mi hijo. No pasa nada, estas cosas pueden pasar, cuando uno viaja fuera de su país se puede encontrar de todo. A todo esto, hacía un calor en toda Bélgica que no se podía soportar, incluso más que en España, cosa totalmente inusual, y la mayoría de hoteles no están preparados con aire acondicionado, y éste no iba a ser menos jaja, así que nos dejaron un ventilador de pie y la ventana abierta. Tuvimos suerte con la habitación pero a mis padres les tocó "la china", como era de esperar jeje.

Tras la odisea del hotel, he de decir que está en buena zona, zona de restauración, tiendas de marca y hoteles de 5* con mucha clase, con tranvía, metro y autobús a 5 min andando y a unos 20 min de  la Grand Place.

Tras dejar las maletas fuimos a buscar algo de comer, acabamos comprando bocadillos en un Carrefour Express e investigando un poco la zona. Llegamos al Palacio de Justicia de Bruselas, que es enorme, creo que es el más grande de Europa. No pudimos visitarlo por dentro porque no está abierto por las tardes. Por detrás del Palacio de Justicia hay un mirador con un ascensor, y desde lo alto hay unas vistas excelentes de toda la ciudad, ya que Bruselas está un poco en pendiente, y se divisa perfectamente la torre del Hotel de la Ville, el Sacré_Coeur, el Atomium, la Catedral...

Llegamos andando a la Basílica Notre Dame du Sablón, preciosa por fuera y por dentro (no se paga entrada). Junto a ella hay un bonito parque en el que descansamos un buen rato, nos hicimos muchas fotos y cogimos aliento para seguir callejeando un poco más, comprar agua y algo para cenar e irnos a descansar.

Al día siguiente fuimos andando hasta el Palacio Real de Bruselas y lo visitamos por dentro, es precioso, y el acceso es gratuito. Nos gustó mucho la última sala del palacio que tenía inventos aptos para niños que se podían tocar y con los que podían jugar, allí pasamos un buen rato, Pau no se quería ir jeje.

Detrás del palacio está la bonita Place Royale que alberga varios edificios significativos como son el Palacio de Justicia, la Iglesia de Santiago, el Museo Magritte, el Palacio de Coudenberg... y un poco más abajo nos tropezamos con otra bonita plaza con fuente, jardines y rodeada de edificios bellísimos, es L´Oreille Tourbillonante. Los edificios que la rodean son el Museo de Instrumentos Musicales, con una fachada muy bonita, el Palacio de Charles de Lorraine, una iglesia protestante, la Biblioteca Municipal, un centro de arte y el bonito Reloj Carillón Mont des Arts del Palacio de la Dinastía, con movimiento a las horas en punto y bonitas melodías, te dejo un vídeo aquí. En la parte central el cuidado Parque Mont des Arts y la estatua de Roi Albert I y en frente la plaza semicircular Mont del Arts, que sirve como punto de encuentro de las gentes de la ciudad. Según nos cuentan, en esta zona se hacen conciertos, hay músicos callejeros y cantantes (tuvimos el gusto de ver a algunos de ellos) y es un lugar perfecto para tomarte una cerveza mientras te deleitas con las espectaculares vistas que hay desde aquí a la ciudad y a la torre del Hotel de la Ville. 

Después de comer estábamos bastante cansados y decidimos comprar la tarjeta de transporte 24h que tiene un coste de 7,5€ por persona y sirve para coger cualquier medio de transporte dentro de la ciudad de Bruselas durante 24h. La estrenamos paseando en tranvía que es cómo mejor se ven las cosas y llegamos a la zona del barrio Europeo. Es una zona impactante, edificios altísimos, nuevos, acristalados, que nada tienen que ver con el resto de la ciudad, calles amplias, plazas enormes, es zona de oficinas y negocios que en fín de semana estaba desierto...pero claro, teníamos que ver el famoso Parlamento Europeo. Estuvimos en las puertas, pero no pudimos entrar, era sábado por la tarde y aquello estaba cerrado, pero sí que entramos al Parlamentarium, que no teníamos ni idea de lo que era, pero vimos entrar y salir gente y allí que se metió mi padre a preguntar y resulta que se podía visitar.

El Parlamentarium es el centro de visitas o la zona interactiva del Parlamento, allí explican la función de los eurodiputados y como funcionan las asambleas de los hemiciclos de forma virtual e interactiva.

Es muy interesante para los que gustan de conocer lo que se "cuece" en la UE, yo no estoy muy puesta, pero después de visitarlo me he dado cuenta que es sumamente importante para todos, saber cómo funciona, y que en el Parlamento se toman decisiones que influyen de manera muy significativa en nuestras vidas. Para mí, como turista, como visitante, como ciudadana de la UE, es una visita importante. Te dan una audioguía que te hace la visita muy amena. También hay audioguías para niños, a mi hijo le encantó.

Cogimos el metro y pasamos por la estación de Maelbeek...y sentí una profunda pena, pues fué allí dónde sucedió uno de los últimos atentados terroristas de nuestro continente.

Fuimos a la Estación Central, cogímos un autobús y fuimos a ver el famoso Manneken Piss. Para los bruselenses es todo un símbolo, le tienen mucho cariño al "niño meón", incluso tiene un fondo de armario y lo visten de cuando en cuando jejeje. Yo me lo esperaba más grande, pero ya me habían avisado de que era chiquitín. Unas calles más atrás está la Grand Place. Conforme te vas acercando a ella te vas dando cuenta de cómo cambia la ciudad, pues esta parte está llena de tiendas, restaurantes, cervecerías...y son calles largas y estrechas que desembocan en una hermosa plaza que te deja sin palabras cuando entras en ella, es divina, creo que es la plaza más bonita que he visto en mi vida.

Aquí hay muchos edificios significativos: el Hotel de Ville es el ayuntamiento de Bruselas y es el edificio más importante de la plaza, con una torre de 96m de altura; la Maison du Roi es la casa del Rey que hoy alberga el museo de la ciudad dónde está el armario del Manneken piss; La Maison del Ducs de Brabant, Le Pigeon, Le Renard, Le Cornet y Le Roy d´Espagne son otros edificios importantes, algunos de ellos convertidos hoy en día en restaurantes.

Nos llamó la atención, que a la izquierda del Ayuntamiento, la gente estaba haciendo cola para fotografiarse con una estatua de bronce, y allí que nos quedamos a imitar al resto de turistas jaja y luego descubrimos que tiene una leyenda, que se dice que da buena suerte tocarle el brazo. Es la estatua de Everad´t Serclaes, ejecutado en el Siglo XIV mientras defendía Bruselas, así que ya lo sabéis si pasáis por la Grand Place.

Volvimos sobre nuestros pasos, a la Rue de l´Etuve dónde está el Manneken Piss, para degustar un gofre, ya que allí creo que se concentra el mayor número de gofrerías de toda Bruselas jaja, y se te hace hasta difícil decidirte por uno, ya que te lo hacen con el condimento que tú quieras, los hay con nata, fruta, lacasitos, sirope, virutas de chocolate, etc....jaja ¡imaginación al poder en tu gofre!. Nosotros escogimos Le Funanbule, era la que mejor pinta tenía.

Como no podía ser de otra manera y estando en aquella zona, sucumbimos al poder de las tiendas de souvenirs y acabamos con algunas tonterías para nuestra nevera y nuestra vitrina viajera.

El día llegaba a su fín, paramos en una freiduría en dónde se supone que hacen las mejores papatas fritas de Bruselas, el plato estrella del lugar junto con los mejillones, cenamos allí, nos tomamos unas cervezas belgas y cogimos el tranvía de vuelta al hotel.

Hoy es el día de ir a la otra punta de la ciudad y visitar el Atomium. Recomiendo ir en metro pues está bastante retirado del centro de la ciudad y la línea 6 de metro, en su penúltima parada, nos deja a los pies del Atomium.

El Atomium es otro de los símbolos de la ciudad, se construyó para la exposición universal de 1958 y ahí se quedó. Mide 102m de altura y está formado por 9 esferas unidas por tubos metálicos. En el interior hay exposiciones y un restaurante en lo alto, pero es algo caro el acceso, hay muchas colas, y nos dijeron en el hotel que no había nada especial dentro, así que no entramos.

Junto al Atomium hay un enorme parque, el Mini Europe y el Estadio de Fútbol Roi Baudouin, más conocido como Heysel, debido a la tragedia que tuvo lugar en 1985 cuando se celebraba la final de Copa entre el Liverpool y la Juventus, en dónde los hinchas ingleses, los hooligans, desataron una violenta pelea que formó una avalancha y terminó derribando una valla metálica, acorralando a los aficionados italianos y causando un total de 39 muertos y 600 heridos. Aquel hecho marcó a Bélgica y al mundo del fútbol en general.

No pudimos acceder al estadio porque estaba cerrado, sólo abren un par de días para visitas turísticas, si tienes intención de visitarlo infórmate bien antes.

Tras ver el Atomium y ya que estábamos a las afueras de la ciudad, nos acercamos al barrio de Koekelberg para ver La Basílica del Sacré-Coeur; la línea 19 del tranvía que se coge en el Atomium, te deja en la basílica, por si queréis aprovechar el desplazamiento.

De camino a la basílica vimos un mercadillo y nos bajamos del tranvía para mezclarnos con las gentes del lugar, ver lo que se vende y un poco de las costumbres locales, y ya de paso nos metímos en una pequeña tasca de barrio, chulísima, ambientada en los años 70 con fotos de Elvis por las paredes y rollo americano, nos tomamos una cerveza típica belga que estaba riquísima y así cargamos pilas para seguir.

Como veis en las fotos es una iglésia monumental, es la quinta iglésia más grande del mundo. Es de estilo art decó con 89 m de alto y 167 de largo, y tardó 64 años en construirse.

Su interior es espectacular, es una iglesia bastante sencilla, pero su majestuosidad es lo que la hace especial, con una cúpula central de 90m. Se puede subir a su terraza, pero no supimos por donde acceder, tampoco había persona alguna para preguntar y al ser medio día aquello estaba desierto, pero dicen que las mejores vistas de la ciudad se divisan desde aquí.

De nuevo en el tranvía en dirección al centro para buscar dónde comer y llegamos a una calle paralela a La Grand Place, la Rue du Marché Aux Herbes 50, al restaurante Au Coin Gourmand, que tenía menú a 14€ sin bebida ni postre..., es decir, 14€ por primer y segundo plato, que está genial, pero te la clavan en la bebida, el postre y el  café. Al final salímos a 75€ los 3, una burrada si tenemos en cuenta el precio del menú jajaja, pero comimos muy bien, estaba todo muy bueno, probamos los "moules" (mejillones) que estaban de vicio y las raciones son enormes. Pero de este restaurante tengo que  contaros una cosilla..., y es que ponen el menú según tengan de lleno o vacío el local, es decir, si el restaurante está lleno no hay menú que valga, es todo a la carta, y si el restaurante está vacío, verás el menú en su puerta con su mejor oferta. Nos lo dijo uno de los camareros cuando quisimos volver otro día y no vimos el menú, le preguntamos y nos dijo con toda su cara que tenían el local lleno, que pondrían el menú pero a partir de las 15:00 o 15:30h para llenar en ese horario. Lógicamente, nos fuimos a buscar otro sitio, porque eso es tener la cara muy dura y aprovecharse del turista.

Paseando descubrimos las Galeries Royales Saint-Hubert, similares a la galería Vittorio Emanuele de Milán pero mucho menos espectacular, también tienen esos techos altos acristalados y tiendas intocables jaja. Allí se concentraban muchas buenas chocolaterías y bombonerías.

Nos impresionó también el edificio de la Bolsa de Bruselas, en la plaza del mismo nombre.

La Iglesia de Saint Nicolás, detrás de la Grand Place también está abierta al público y se puede visitar.

Retrocedimos para ir recortando camino de vuelta, y llegamos a la Place d´Espagne, una bonita y animada plaza con un pequeño jardín, muchas cervecerías, músicos callejeros y mucho ir y venir de gente...y descansamos un rato. Visitamos la Iglesia de Santa Marie-Madeleine que estaba muy cerca y empezamos a subir hacia el hotel por la Estación Central (gare central) en dirección a la Place Royale hasta Porte de Namur dónde hay un Mc Donals y un Pizza Hut y así cenábamos en uno de ellos jeje y desde ahí teníamos a un paso el hotel y a dormir.

Al día siguiente nos fuimos a Brujas en tren. Desde el hotel, tanto la estación de Midi como la estación Central, se encuentran a 20 min andando, así que preferimos ir a Midi que al menos es cuesta abajo jaja. La verdad que si no te informas, no conoces y no sabes idiomas, en las estaciones de tren belgas, te pierdes jeje. Midi por ejemplo es una estación bastante grande dónde hay paradas de metro, tranvía y tren, por otra parte hay un par de pisos y en la parte del metro sólo te venden billetes de metro y en la parte de tren solo billetes de tren. Los billetes se compran en unas máquinas que tiene varios idiomas, pero no está el español. No es muy complicada de entender si sabes lo que tienes que comprar y en los puntos de información no hablan español como norma.

Nosotros compramos un bono de 10 viajes que se llama Rail Pass. Este bono sirve para cualquier traslado en tren para personas de entre 26 y 65 años viajando en segunda clase. Para menores de 26 hay otro bono que se llama Go Pass y para mayores de 65 años también hay otro, todos con tarifas distintas. Los niños hasta los 12 años no pagan en el tren siempre que viajen acompañados por un adulto. Todo esto lo aprendes leyendo post, participando en foros y compartiendo experiencias con otros viajeros, lo que yo llamo: documentarse.

El trayecto a Brujas dura 1h y 15 min. Hay muchos trenes diarios que salen hacia Brujas, por lo que si no es uno, es otro...., cada media hora más o menos hay uno.

Para ir fuimos bastante bien, nos equivocamos y subimos a primera clase y la revisora, que siempre pasa, nos dijo que nos cambiásemos jaja y enseguida cambiamos de vagón. Segunda clase va normalmente hasta los topes y los asientos no van numerados, pero la gente tiene la fea costumbre de dejar sus pertenencias a su lado ocupando un asiento en lugar de usar el portaequipaje que hay junto al techo. La vuelta la hicimos en un tren de 2 pisos, mi hijo estaba emocionado jeje, y estaba también hasta los topes. Si quieres saber más sobre nuestra visita a Brujas, tendrás que esperar al próximo post.

Os cuento que al siguiente día nos fuimos a Gante, compramos otra Rail Pass (somos 5 adultos y la gastamos entera entre idas y vueltas); el trayecto dura 40 minutos hasta Gante y allí hay que coger la linea 1 del tranvía y bajar en la octava parada, junto al Castillo de Gravensteen, los billetes de tranvía se compran en las máquinas que hay en la parada o en la oficina de información que hay en la misma parada. La vuelta de igual manera, tranvía de vuelta a la estación. Muy pronto os contaré toda la visita a Gante en otro post, pero que sepáis, que para nosotros, ha sido mucho más bonito que Brujas.

Al siguiente día fuimos nuevamente a Midi pero para ir a visitar Lovaina, que nos habían dicho que tenía el ayuntamiento más bonito de toda Europa, y para mi, así es..., pero os lo contaré todo en otro post.

Lo que sí os puedo contar es que Lovaina en una localidad pequeña, lo importante se ve en poco rato y a las 17:00 de la tarde ya habíamos regresado a Bruselas, así que aprovechamos para hacer alguna que otra compra por el centro de la ciudad, para comernos otro delicioso gofre, y para visitar la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula, que es enorme, pero que no pudimos visitar por dentro porque no estaba abierta. Descansamos en un parque que hay justo enfrente, cenamos algo por allí y nos fuimos a descansar y ha hacer las maletas porque al día siguiente regresábamos a Valencia, pero por la noche, así que aún teníamos casi todo el día para visitar lo que nos quedase de la ciudad.

El último día salió feísimo, lloviendo, con frio...y como teníamos que ir al aeropuerto y ya sólo el billete para llegar costaba 4,5€, pensamos en sacarnos la tarjeta 24h y usarla para terminar de ver la ciudad sin mojarnos. Las maletas las dejamos en el hotel y nos fuimos al tranvía. La primera parada fué en una iglesia que habíamos visto de pasada y se veía muy grande, era La Iglesia Real de Santa María. Llovía y estaba cerrada, no la pudímos ver muy bien, así que volvímos al tranvía. Llegamos hasta el final del recorrido, pasando incluso por un cementerio; la última parada el Estadio de Heysel. Allí cayó un buen chaparrón, nos hicimos un par de fotos en la puerta y al tranvía de nuevo. Recorrimos la otra parte de la ciudad que estaba al otro lado del río y que no habíamos visto. Es una zona más normal, menos pomposa, dónde vive gente de todo tipo y nacionalidad.

Se hizo casi la hora de comer y llegamos hasta la Grand Place, buscamos para comer y nos quedamos en un restaurante que tenía el menú a 19€ con bebida y postre incluidos, fenomenal.

Paseamos un poco más después de comer, volvimos a por el tranvía y al hotel a recoger las maletas y tomar rumbo al aeropuerto.

Y hasta aquí nuestro tour por tierras belgas.

Aeropuerto de Bruselas - Zaventen. 

(Maleta modelo Smiley World de Sportandem)