Xcaret, el parque temático y de ocio más grande del mundo

Hoy hemos vuelto a madrugar, hemos quedado con otra pareja, con la que más amistad hemos hecho dentro del resort, para ir a pasar el día a Xcaret, parque temático de Riviera Maya.

Este parque combina el mar caribe, piscinas, un río subterráneo, la selva, zona de restauración y tiendas, zoológico, acuario, mariposario, aviario, museo, espectáculos y varias atracciones. Lo tiene todo!

El horario de este parque es de 8:30 a 22:30.

Hay 3 tipos de entrada: básica, plus y total. La básica cuesta 89€, la plus 115€ (incluye comida+bebida en buffet, taquilla, vestuarios, equipo de snorkel, espectáculo nocturno y transporte), y la total son 168€ (incluye además de la plus, motos acuáticas y paseo submarino).

Los precios como veis no son nada baratos, pero es que Xcaret está considerado como el mejor parque temático y de ocio del mundo y eso le otorga un caché internacional y unos precios también internacionales.

Si quieres darte el gustazo de nadar con delfines, puedes hacerlo pagando un plus de 124€ jeje.

Nosotros optamos por comprar la entrada Xcaret Plus, realmente creo que es la mejor opción si no tienes intención de atracciones extras y quieres comodidad con el transporte y la comida.

Compramos la entrada en el hotel el día de antes, que tenía el mismo precio que en la taquilla y con nuestra entrada impresa nos dirigimos a la taquilla del parque para canjearla por la pulsera plus que nos daba acceso a casi todo. En la taquilla también te cambian tu protector solar por una muestra de uno biodegradable y ecológico, nosotros como ya lo sabíamos, lo llevábamos ecológico de casa.

Al pasar los tornos de la entrada te recomiendo que cojas un mapa para no perderte, ya que este parque tiene el tamaño de 40 campos de fútbol, y además en el mapa te vienen los horarios de los espectáculos para que no te pierdas nada.

Empezamos dejando nuestras pertenencias en las taquillas y luego fuimos a la zona de playa a darnos un baño. Después nos fuimos al río subterráneo, experiencia que disfruté como una niña, porque fué maravillosa. Te dejan un chaleco salvavidas, aletas y equipo de snorkel (aunque esto último lo llevaba yo) y te zambulles en un río de agua helada y transparente, que transcurre entre rocas y cuevas y en el que hay zonas más amplias dónde la profundidad no es tan pronunciada y se puede hacer snorkel relajadamente para ver miles de peces de colores.

No hay tiempo para hacer el recorrido y puedes salir a mitad de camino o parar en las zonas apropiadas para ello. También te van haciendo fotos para que te lleves un recuerdo a la salida del parque jeje. No sé deciros si se puede repetir el recorrido, porque nosotros ni nos lo planteamos, ya que hay mucho para ver.

Después del río fuimos a las taquillas a guardar los equipos de snorkel propios y a cambiarnos el calzado, ya que al rio hay que entrar con escarpines. Una cosa que me gustó mucho es que las taquillas están junto a la entrada al río subterráneo y es de agradecer porque te lo dejas todo allí y no tienes que perder tiempo en ir y venir y luego volver... Tras recoger y dejar las cosas nos fuimos al bufet a comer.

La comida muy buena y variada, comimos muy bien. De beber lo que quisiéramos, y nos pusimos morados a limonada, riquísima y muy refrescante.

Después de la comida fuimos a ver animales; las tortugas es de lo que más me gustó, sobre todo las piscinas criadero, que es dónde estaban las más pequeñas. Panteras, linces, aves de todo tipo, animales de nombres impronunciables, acuarios dónde te dejan tocar las estrellas de mar y las mantarayas, mariposario, aviario lleno de loros de mil colores...y entre tanto animal, casi se nos va la tarde.

Terminada la visita de esta zona del parque, nos dirigimos a la zona cultural, Pueblo Maya, con réplicas de construcciones y modos de vida típicos de los pobladores mexicanos.

Visitamos una capilla que hay dentro de un cenote, un cementerio maya, la casa del Arte, que es una sala de exposiciones y vimos a los voladores de Papantla, que son unos bailarines que giran sobre una columna a 20m de altura, completamente suspendidos en el aire. También hay una torre giratoria que sube 80m y que te ofrece una panorámica de 360º de todo el parque, el mar y la selva.

Por último, el show nocturno "México Espectacular", una maravilla para los sentidos.

Es un show musical, con bailes y trajes típicos de cada zona del país, en la que participan más de 300 bailarines y algunos caballos. Narran la historia del país y te cuentan sus costumbres. Te muestran tal cuál, como se juega al Juego de Pelota en una recreación real, cosa que me encantó y que no me esperaba..., de verdad es impresionante ver cómo son capaces de meter una pelotita por un diminuto agujerito impulsándola con las caderas, ¡tremendo!.

Es un espectáculo precioso, que te deja un muy buen sabor de boca, aunque es bastante largo y si no te gusta mucho el folklore de cada lugar, se te puede hacer pesado.

Y te voy ha hacer unas recomendaciones personales. Al acabar el espectáculo se cierra el parque, por lo que has de ser previsor y sacar tus cosas de las taquillas antes de entrar en el teatro, y a ser posible, comprate una botellita de agua porque el calor es pegajoso y se suda mucho con las luces y tanta gente a tu alrededor. Si puedes, incluye en tu mochila tu repelente de mosquitos, porque te comerán a picotazos; y no sirve un repelente normal, tienes que llevar un repelente para mosquitos tropicales, nosotros compramos el famoso Relec, de venta en farmacias al precio de unos 8-9€, y empapa tu cuerpo con él, pues rodal que te dejes sin relec, sitio dónde te picarán (me vine con 15 picotazos de aquel rato en el teatro), y los picotazos duran cerca de 3 semanas (¡reíros de los mosquitos tigre!)

Tras el espectáculo, todos nos dirigimos a la salida y aprovechamos que quedaban 15 minutos para el cierre para comprar algún souvenir y ver las fotos que nos habían hecho en el río. Nos trajimos una con su marco y todo jeje, no pudimos resistirnos.

A la salida nos esperaba el bus que nos llevaba al hotel, dónde cenamos un poquito y nos fuimos a dormir, completamente derrotados.