Tras un verano atípico, en el que hemos ido huyendo de lugares masificados, buscando playas solitarias y haciendo excursiones al aire libre por la montaña, nos hemos animado a visitar un lugar "algo turístico" que por suerte apenas tenía visitantes y que pudimos ver perfectamente sin riesgo jejeje.
Descubrí el lugar gracias a Instagram, a la cuenta de una familia viajera a la que sigo. El sitio es La Cueva de las Calaveras, en Benidoleig (Alicante).